Header  
 
   
   
   
  Compartir Compartir Compartir  
  Este marzo de 2018, como cada año, se instala en las discusiones diarias la defensa de los Derechos Humanos. Dentro de este marco, entender la defensa irrestricta de los mismos por parte del Estado es el eje de discusión. No podemos pensarnos como una sociedad justa e igualitaria sino reafirmamos el NUNCA MÁS, y nunca más significa no dejar impune crímenes cometidos por el Estado.

Hoy asistimos a una política que desarma y desfinancia la Educación para la memoria, así como todas las políticas que sostenían estos proyectos, pero por sobre todo, la instalación nuevamente de la represión como arma para desarticular la protesta social. Por eso en tiempos de “Doctrina Chocobar”, prisión domiciliaria a genocidas y represión del campo popular, queremos recordar que hace 11 años el Estado también mató a nuestro compañero Carlos Fuentealba.

Corría el otoño del 2007 y los docentes de Neuquén nucleados en ATEN llevaban 30 días de huelga por mejores condiciones laborales, pase a planta de auxiliares de servicios y administrativos, 80% móvil para los jubilados y recomposición salarial para todxs entre otras reivindicaciones que hacía tiempo se venían reclamando al gobierno provincial de Jorge Sobisch (MPN).

Al no obtener respuestas del gobierno, se decide por asambleas llevar adelante una acción para Semana Santa en el puente de Arroyito, lugar cercano a la ciudad de Senillosa sobre la Ruta 22, camino hacia la zona cordillerana. El 4 de abril en horas de la mañana los docentes llevaron el reclamo a la ruta donde esperaban decenas de fuerzas policiales provincial con equipos especiales de choque y carros hidrantes. Se desató una brutal represión que se desarrolló por más de cinco kilómetros tirando a quema ropa balas de goma y gases lacrimógenos. Algunos docentes corrían a campo traviesa para escapar de las balas y otros en autos. Cuando la mayoría habían logrado subir a los vehículos se armó una caravana hacia la Capital, pero la policía no dejó de disparar hasta que uno de los vehículos, un auto Fiat que se retiraba del lugar se llena de humo. Inmediatamente sacan ensangrentado a un compañero que fue impactado en su cabeza por una granada de gas que rompe la luneta trasera. Los gritos de llanto y desesperación inundaron la ruta. Los medios informaban en el lugar a todo el país y en poco tiempo el nombre del maestro Carlos Fuentealba replicó en todos lados.

Carlos tenía 41 años y dictaba clases de química en varias escuelas pero tenía la mayor carga horaria en el CPEM Nº69 ubicado en los humildes barrios del oeste neuquino y era delegado. Antes de ser docente forjó sus ideas como trabajador de la UOCRA y como un gran luchador según recuerdan sus compañeros.

El 9 de abril de 2007 se llevó adelante un paro nacional docente encabezado por CTERA. En Neuquén marcharon más de 30 mil personas y en todo el país fue una movilización masiva a la que salieron incluso las escuelas privadas y docentes que hicieron paro por primera vez en su vida por la brutalidad del asesinato. Muchos trabajadores y comisiones internas de empresas se sumaron al repudio. Las manifestaciones de todo el país hicieron sentir el grito de “Carlos Fuentealba presente” y “Sobisch asesino”. En la provincia de Neuquén, estudiantes, trabajadores estatales y vecinos salieron a las calles a acompañar el reclamo de los docentes y repudiar el brutal fusilamiento. Los ceramistas de Zanon se ubicaron desde el primer momento junto a los docentes en la primera línea. Estas acciones mostraron la capacidad para enfrentar a la derecha de mano dura que se intentaba proyectar en el país por aquellos días. Decenas de miles en Neuquén y en todo el país reclamaron la renuncia de Sobisch.

Carlos fue fusilado por un efectivo policial, Darío Poblete, bajo la orden de reprimir dada por el gobernador Jorge Sobisch.

El reclamo de justicia que realizaron los docentes y el pueblo neuquino logró que le declararan cadena perpetua para el policía. Sin embargo la “Justicia” absolvió al ex gobernador Jorge Sobisch y a otros quince imputados.

A once años del fusilamiento público del compañero Carlos Fuentealba seguimos exigiendo juicio y castigo a todos los culpables. Sólo la lucha traerá justicia.

Este 4 de abril como cada año desarrollaremos marchas en todo el país y en la ciudad de Neuquén bajo la misma consigna: Compañero Carlos Fuentealba ¡Presente! ¡Ahora y siempre!

 
 
  Footer