40 años del primer paro general a la dictadura
Por Belén Rodríguez (Sec. Gral. CTA Chaco)
Foto: Archivo
A 40 años del primer paro general a la dictadura cívico militar que azotara, a fuerza de represión, desapariciones, tortura, persecución e intervención a las organizaciones sindicales, bajo la vigencia del plan de saqueo económico orquestado por José Alfredo Martínez de Hoz, desde la más miserables de las oligarquías, este 27 de abril de 2019, los y las trabajadoras rendimos tributo a los y las protagonistas de tal gesta histórica que pusiera, en medio del terrorismo de Estado, la fuerza organizada de la clase trabajadora.
A los y las protagonistas de estas gestas populares y el ejemplo de la obstinada lucha por los derechos humanos de las Madres de Plaza de Mayo, que un 30 de abril del ’77 se convocarán colectivamente a reclamar la aparición de sus hijos e hijas desaparecidas, al criminal de la Humanidad, Jorge Rafael Videla, en la Plaza de Mayo; este próximo 30 de abril nos convocamos a una nueva medida de fuerza, un paro general que busca ponerle un límite a este saqueo nacional. Vale hacer memoria, vale la fuerza de las mujeres que haciendo historia, en tiempos de hegemonía neoliberal gestan paros continentales contra la violencia patriarcal y la histórica desigualdad como los últimos 8 de Marzo.
Hoy, el mismo plan económico vuelve a poner a la dirigencia y las organizaciones del pueblo frente a los mismos desafíos en la defensa de derechos sociales, fuentes de trabajo, convenios colectivos y hasta la libertad de presos y presas políticas, que el gobierno de corporaciones económicas y los hijos de aquella oligarquía vuelve arbitrar desde el propio Estado.
Las centrales obreras, sindicatos, movimientos sociales y estudiantiles enfrentamos los avatares de la anti política y el individualismo propios de los regímenes neoliberales, con reflejos de prácticas corporativas en procesos de organización y estrategias que debilitan la posibilidad de respuestas ante un solo enemigo, que resulta el de siempre, el anti pueblo, el capital concentrado, al cual también necesitamos comprender como patriarcal e imperialista. Muestra de ello es la prisión a Milagro Sala como antesala de una política direccionada a perseguir y estigmatizar a la dirigencia política de mujeres. La persecución a Cristina Fernández de Kirchner, las Madres y Abuelas de la Plaza son relato de esta dimensión política para entender las características del poder gobernante capaz de condenar a los pueblos de América latina a las mismas condiciones de explotación que sus antepasados fundaron.
Por los y las que han marcado un rumbo, por los y las que sostienen estos días la solidaridad en cada merendero, en cada olla popular y haciendo que ni una lucha sea aislada de la otra, por las jóvenes generaciones a la cual debemos garantizar un mundo más igualitario, vale la memoria, el reconocimiento y las necesaria transformación política y cultural.
La unidad es el camino, y la memoria sustento del nuevo tiempo para que el movimiento nacional, democrático y feminista reedite un nuevo capítulo de nuestra historia.