Al infinito y más allá
Por Javier Lewkowicz para Página 12
Octubre registró la segunda mayor inflación en lo que va del año, detrás del 6,5 de septiembre, y la tercera en la era Cambiemos. / Ilustración: Página 12
E l índice de precios al consumidor del Indec registró en octubre un alza del 5,4 por ciento a nivel nacional, empujado por alimentos y bebidas, las tarifas del gas, el transporte y las prepagas. En diez meses, la inflación asciende al 39,5 por ciento y puntualmente los rubros esenciales de la canasta básica muestran en promedio un incremento del 43,7 por ciento, cuya contracara es el grave deterioro del poder adquisitivo de los sectores trabajadores y jubilados. En la comparación anual, la inflación de octubre se ubica en el 45,9 por ciento. El año cerraría con una inflación del orden del 48 por ciento, la más alta desde 1991, y se calcula que el año que viene, si las variables financieras no se vuelven a disparar, la inflación no bajaría de la zona del 30 por ciento. Los números de inflación se dan en el marco de una dura caída de la producción, inversión y empleo, tasas de interés siderales y aumento record de la deuda externa, de la pobreza y la indigencia.
El mes pasado se registró la segunda mayor alza de precios del año –detrás del 6,5 por ciento de septiembre– y la tercera de toda la era Cambiemos, ya que en abril de 2016 el IPC-CABA también registró una suba del 6,5 por ciento. En la medición anual, la inflación fue del 41 por ciento en 2016, luego en 2017 bajó al 24,8 por ciento según datos oficiales y en 2018 quedará en alrededor del 48 por ciento. En consecuencia, los precios en el promedio de toda la economía se multiplicaron por 2,5 en apenas tres años de gestión Cambiemos, lo cual está bastante alejado del slogan de campaña del presidente Mauricio Macri acerca de que “en mi gobierno la inflación no va a ser un problema”.
El Gobierno preparó los ingredientes para el caldo ideal de inflación: brutal devaluación, violenta suba de tarifas y tasas de interés siderales. Así, en octubre los precios de alimentos y bebidas avanzaron un 5,9 por ciento a nivel nacional, acumulan un 43,7 en diez meses y el 46,4 por ciento en la comparación interanual. Este diario informó oportunamente acerca del traslado de la suba del dólar de fines de agosto y septiembre en bienes de consumo masivo, como por ejemplo la harina y panificados, aceites, carnes y lácteos.
Según los datos del Indec, en el último año el kilo de pan francés subió un 84 por ciento y los fideos guiseros lo hicieron en un 80 por ciento, ambos empujados por la harina, que avanzó un 173 por ciento. El arroz subió un 66 por ciento y el aceite de girasol lo hizo en un 79 por ciento. Entre los lácteos, la leche en sachet subió un 40 por ciento y el queso cremoso, un 31 por ciento. La sal fina creció un 60 por ciento.
Otro rubro sensible para el bolsillo de los trabajadores que lideró la inflación de octubre fue el transporte, con un incremento mensual del 7,6 por ciento. Ese avance se explica por un nuevo incremento en el boleto de colectivo. El viaje mínimo avanzó hasta los 13 pesos, con un aumento acumulado en el año del 113 por ciento. También subió el pasaje de tren. El subte, en tanto, subirá a razón de un peso por mes desde el martes de la semana que viene hasta llegar a los 16,50 pesos en febrero. En el año, el subte habrá acumulado una suba del 100 por ciento. En tanto, las naftas subieron casi un 10 por ciento en octubre. Desde enero, los combustibles muestran un alza acumulada del 70 por ciento.
El tercer segmento del índice de precios que apuntaló a la inflación mensual fue el servicio de gas, que subió en promedio un 35 por ciento pero hasta un 50,4 por ciento para las categorías de usuarios más relevantes del Area Metropolitana de Buenos Aires. En el último año, los aumentos ascienden al 218 por ciento que se montan sobre las subas de 2016 y 2017.
Los incrementos de precios de alimentos y bebidas, el colectivo, tren y subte, naftas y los servicios esenciales para el funcionamiento del hogar fue muy fuerte en el último año, lo cual, conjugado con un escenario de caída del empleo, paritarias a la baja, recorte de horas extra, suspensiones, caída del poder adquisitivo de jubilaciones y asignaciones familiares, configura un delicado escenario social.
En el rubro salud, el incremento de octubre fue del 5,5 por ciento a partir de la suba del 8 por ciento en la cuota de las prepagas, cuyo incremento este año llegará al 41 por ciento. Las prendas de vestir y calzado, en tanto, subieron un 5 por ciento en el mes, mientras que equipamiento y mantenimiento del hogar, un 4,3 por ciento, y restaurantes y hoteles, un 3,1 por ciento.
En conjunto, los precios regulados, es decir, que cuentan con intervención del Estado, subieron el mes pasado un 7,4 por ciento, mientras que el IPC-núcleo (que excluye regulados y estacionales), lo hizo en un 4,5 por ciento. Desde principios de año, los regulados muestran una suba del 45,6 por ciento y el IPC-núcleo, del 39,2 por ciento. A nivel regional, el mayor nivel de inflación en diez meses se observa en la Patagonia, con el 40,8 por ciento.
Para noviembre, la consultora Ecolatina calcula que la inflación rondaría el 3,2 por ciento debido al transporte público y el avance sostenido de alimentos, como lácteos, verduras, frutas y bebidas. Además, proyecta que la suba de precios en diciembre se ubicará en el 48 por ciento anual y que durante el primer cuatrimestre de 2019 los precios avanzarían a un ritmo del 2 al 3 por ciento mensual.