El peso del tarifazo
Por UTELPa
Foto: UTELPa
La decisión del gobierno nacional de dolarizar las tarifas de los servicios públicos ha impactado de forma directa en nuestro poder adquisitivo. Un estudio realizado en La Pampa demuestra el nivel del golpe recibido.
A propósito de la Jornada de lucha del dìa 4 de abril, desarrollada en la ciudad de Santa Rosa, en la que las calles se llenaron de trabajadorxs de distintos sectores con banderas y consignas bien claras, hoy queremos repasar algunos datos importantes sobre los motivos reales de la protesta. Participamos junto a otros Sindicatos y agrupaciones sociales, barriales y políticas, dejando una vez más en claro que los derechos no se negocian.
A veces en el imaginario social y a pesar del creciente malestar por la incontrolable inflación, las protestas y marchas pasan como un dato de color. Por eso es importante retomar algunos análisis del real impacto de los tarifazos sobre los salarios.
Para abordar este tema tomamos como insumo el informe realizado en conjunto por la Facultad de Ciencias Económicas y Jurídicas de la UNLPam y el Centro de Estudios Pampeanos (CEPAM), trabajo del que participaron los Licenciados Mercedes Rodríguez y Sebastián Lastiri, donde se analizó el impacto de la recesión que afectó al país durante el segundo semestre de 2018 en la economía pampeana, así como también las perspectivas para este año.
El informe alertó sobre una caída de los salarios reales que terminaron el año con una pérdida de -11,1% para 2018 y con el mismo ritmo para este año en curso. El siguiente efecto encadenado estuvo vinculado al desempleo. La caída del nivel de actividad y de las ventas hizo que se perdieran puestos de trabajo; 190 mil a nivel nacional y casi 800 puestos de trabajo registrado en nuestra provincia entre el segundo y cuarto trimestre de 2018, datos que también se profundizaron en lo que va de 2019.
Esto se tradujo en titulares muy preocupantes y poco gratificantes como liderar la tasa de desempleo en el país, en el conglomerado Santa Rosa-Toay, que llegó al 13,2%.
El cambio de paradigma tarifario, donde se recortó el presupuesto destinados a subsidios de los servicios públicos, afectando a la clase trabajadora, a los sectores más vulnerables pero también a las pymes y empresas más pequeñas, resintió aún más la economía nacional y también provincial.
Sumado a esto la creciente devaluación del peso las empresas que brindan servicios descargan esta pérdida a través de la recomposición tarifaria. Con el fin de dolarizar ganancias golpean el salario y los ingresos de los sectores populares.
La argumentación oficial de que los precios internos deben estar vinculados con el precio internacional, no tiene asidero en la realidad, ya que la materia prima para la producción de gas y energía es, casi en un 100 %, de suelo argentino. Según la experiencia internacional en la materia, todos los países que son productores de energía (gas, petróleo, etc.), ofrecen para el consumo interno tarifas que no están dolarizadas y se subsidian estos productos con el objetivo de potenciar la industria y el comercio local, además de facilitar a las clases trabajadoras el acceso a estos servicios. El gobierno actual decidió ir por otro camino y la única explicación posible es la voluntad de transferir recursos de los sectores trabajadorxs hacia las grandes empresas del sector.
Para que podamos hacernos una idea de lo que ha significado la política de tarifazo permanente, hay que tener en cuenta que el peso de las tarifas sobre los salarios pasó de ser del 6,1% en 2015 al 26 % hoy.
El resultado de esta política es la clara pérdida del poder adquisitivo de la clase trabajadora y el empobrecimiento de la mayor parte del pueblo argentino, ya que las tarifas altas perjudican también a la industria y al comercio y son una de las claves que explican el desempleo creciente.
Mientras estas políticas no se reviertan, nosotros estaremos en la calle.